Hoy se cumplen 33 años sin Borges.

El 14 de junio de 1986 fallecía en Suiza el escritor argentino Jorge Luis Borges.

Nacido en Buenos Aires, escribió su primer cuento a los seis años de edad y fue varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura.

Fue director de la Biblioteca Nacional de Argentina y catedrático de Literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, puesto que ocupó hasta 1973. Granviajero, solicitado por numerosas universidades, Borges repartió los últimos años de su vida entre la capital argentina, Londres y París. En 1980 recibió en Madrid el Premie, Cervantes, el más importante galardón de la literatura en lengua castallana.

Su historia

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899, en Buenos Aires. Su padre, Jorge Guillermo Borges, era un abogado culto que tenía aspiraciones literarias y llegó a escribir una novela, El caudillo. «Él me reveló el poder de la poesía», contó el autor en alguna oportunidad. Su madre, Leonor Acevedo Suárez, era uruguaya. Creció hablando inglés y español y francés.

El 4 de marzo de 1921 publicó en la revista española Cosmópolis, fundó la revista mural Prisma (de la que sólo se publicaron dos números) y la revista ultraísta Proa junto con el escritor Ricardo Güiraldes.

En 1923, en víspera de un segundo viaje a Europa, Borges publicó su primer libro de poesía, Fervor de Buenos Aires, que inaugura la primera etapa de su obra (dividida en dos períodos). Esa primera etapa va de 1923 a 1930 y es la del Borges poeta que utiliza la metáfora como elemento.

La segunda etapa se caracteriza no por la prosa sino por la pasión del autor por combinar el ensayo breve y la crítica literaria con la «ficción». A este período (que duraría tres décadas) pertenecen los ensayos Discusión (1932), Historia de la eternidad (1936), Ficciones (1944) y El Aleph (1949).

En 1985, Borges se casó con María Kodama y el 14 de junio de 1986 murió en Ginebra, donde está enterrado en el cementerio de Pleinpalais.

A Borges se lo presenta como uno de los eruditos más grandes del siglo XX. Sin embargo, su reconocimiento fue tardío (posterior a un accidente que le hizo perder la vista a los 55 años) y nunca fue homenajeado con un Premio Nobel, al que fue candidato durante casi treinta años. «Yo siempre seré el futuro Nobel. Debe ser una tradición escandinava», ironizó el escritor. La vigencia de su obra, no obstante, permanece intacta.