Una investigación muestra que en el pueblo Yámana prevalecía la cooperación sobre la competencia

Especialistas del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), que depende del Conicet y tiene sede en la ciudad de Ushuaia, concluyeron que en el pueblo Yámana, o Yaghán, la colaboración entre sus miembros era más importante que la competencia. Los yámanas utilizaban canoas y basaban su alimentación en la pesca, la caza y la recolección de frutos. Vivían cerca de la costa del Canal de Beagle en pequeños grupos nómades.

Los investigadores del Cadic Ivan Briz Godino y Myrian Álvarez, en colaboración con equipos europeos, estudiaron el rol que cumplían en la sociedad yámana tanto la competencia como la cooperación, a través de una combinación de técnicas tradicionales de etnoarqueología con métodos novedosos de simulación en computadoras.

Los expertos basaron su trabajo en el análisis de la conducta de los habitantes originarios de la costa del Canal Beagle cuando se producía el varamiento de una ballena, ya que en esa circunstancia, quien realizaba el descubrimiento avisaba al resto de los grupos del lugar para compartir el recurso, en lugar de quedárselo para su propia comunidad.

Los yámanas utilizaban canoas y basaban su alimentación en la pesca, la caza y la recolección de frutos y animales del medio marino, además de caracterizarse por vivir en pequeños grupos que trasladaban en forma frecuente su lugar de residencia.

Sin embargo, ante el varamiento de una ballena o de un banco de peces en la costa, el descubridor realizaba señales de humo para alertar a las comunidades cercanas, propiciando un «banquete colectivo» al que los investigadores denominaron «evento de agregación», donde todos se reunían y convivían un tiempo.

Álvarez y Briz Godino, junto a colegas de la Universidad de Burgos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, generaron un mundo virtual en donde la gente Yaghán debía tomar la decisión de compartir o no una ballena varada en la costa del Canal Beagle.

«El programa desarrolla una larga secuencia de múltiples simulaciones (se hicieron 10.000 experimentos) para observar las interacciones y obtener conclusiones generales acerca de la evolución de la cooperación a lo largo del tiempo», explicó Briz Godino.

Avisar sobre un varamiento generaba prestigio dentro de la sociedad, aunque como los yámanas usaban canoas, era más fácil descubrir, incluso, a alguien que no avisaba, señalaron los especialistas.

Según los expertos, «lo interesante de este tipo de investigaciones es demostrar que existen y existieron culturas en las que prevalecían las estrategias cooperativas por sobre las competitivas y que esto redundaba en un beneficio colectivo tendiente, no sólo a supervivencia de la especie humana, sino también de las diferentes formas culturales». En este sentido, el investigador afirma “una ballena varada es, en este contexto, mucho más que alimento: es una magnífica oportunidad para reunirse y reforzar las relaciones del grupo. Desde realizar ceremonias hasta distribuir información. Una ballena no era sólo alimento y materia prima para confeccionar instrumentos: sobre todo es una oportunidad para reforzar la solidaridad”.

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