¿Qué hacer si estás aislada con tu agresor en cuarentena?

En este momento hay cientos de miles de feminidades en todo el mundo encerradas con sus agresores, aisladas y en cuarentena. Si la situación en la diaria ya es compleja para las mujeres que viven en un vínculo violento, la secuencia pandemia y reclusión vulnera de forma fatal la vida de ellas y de sus hijes.

Si bien en nuestro país un hombre violento asesina a una mujer cada 26 horas y el machismo es muy similar a una pandemia a cuenta gotas, la situación de cuarentena ofrece un escenario extraordinario y muy particular en el que compartir techo con quien te agrede puede ser todavía más infernal.

Pero, así como el gobierno trabaja para poder frenar el país y desactivar al virus, desde el Estado existen herramientas para combatir la violencia de género y ayudar a las feminidades que se encuentran encerradas, literal y metafóricamente, en vínculos sexoafectivos violentos. Una de esas herramientas, fundamental y clave a la hora de hablar de políticas públicas que luchan contra el machismo, es la línea 144.

Esta línea, que trabaja las 24 horas los 365 días del año, es anónima, tiene alcance nacional, atiende aproximadamente 7 mil llamados por mes y 2500 son específicos de atención de violencia machista. Allí, un equipo interdisciplinario que abarca áreas como abogacía, psicología y asistencia social, se encuentran a disposición de la persona en situación de violencia para acompañarla y asesorarla de acuerdo a lo que necesite.

Verónica Misseri, trabajadora y delegada de la línea sobre qué hacer si sos una feminidad aislada con tu agresor durante (y no durante) esta pandemia, explicó algunos puntos a tener en cuenta:

1- Llamar en un momento de calma y soledad

Si bien este número es una herramienta clave a la hora de sufrir violencia de género, el contacto, recomiendan desde la línea, debe realizarse cuando la persona que necesita ayuda pueda dialogar, explicar y detallar lo que sucede.

«Muchas comunicaciones surgen en un momento de emergencia, pero la línea funciona las 24 horas entonces lo mejor es que, en la medida de lo posible, llame cuando pueda hablar tranquila», explica Misseri.

«Es clave que no esté adelante de la persona que está ejerciendo violencia. Una posibilidad es llamar desde la casa de una amiga o de algún familiar» indica y agrega: «Se recomienda también que, si tiene niñes, que tenga sus documentos siempre encima y, además, que no estén presentes durante la charla. La realidad es que hay que hacerle preguntas y por ahí las respuestas o tal vez el relato es difícil y siempre se prioriza cuidar les niñes que puedan estar escuchando», agrega.

2- Tener siempre algo para anotar

En el momento del llamado, contar con un anotador y una birome es necesario ya que las especialistas van diagramando opciones y herramientas para cada caso en particular.

«Que tenga siempre presente tener algo para anotar, como para poder registrar la información y ordenarla, porque a veces durante una crisis y en el relato es difícil de escuchar o recordar lo que del otro lado se dice», indica Misseri.

Durante el final de la llamada, para entender y saber los pasos a seguir, las trabajadoras hacen un recorrido por la situación y repiten de forma ordenada y clara los pasos a seguir. «En el cierre de la llamada, nos preocupamos por volver atrás y detallar observaciones y pasamos en limpio para darle las opciones o diagramarle ese recorrido, como para que ella lo pueda incorporar», sostiene Misseri.

3- La línea 144 es de asesoramiento y no de denuncia

«La línea está pensada como un primer nivel de atención donde la mujer pueda ponerse en contacto con algún organismo del Estado, en este caso el 144. Aquí se empieza a pensar o diagramar una ruta crítica que va a transitar la víctima como para salir de esa situación de violencia», sostiene la especialista.

La primera comunicación pretende acompañar de forma integral a la persona que se comunica y cada trabajadora del área consulta, si es necesario, con otras compañeras para poder abordar cada caso en particular de forma eficaz.

«El acompañamiento, lo que también busca además de ayudar a quien llame en esa situación, es que quien se encuentra en una relación violenta, pueda salir de ahí y además no volver a formar ese tipo de vínculos», agrega refiriéndose a la prevención necesaria para cortar el espiral de agresión en este tipo de problemáticas.

«Necesitamos ser reconocidas como trabajadoras del Estado y no de una empresa privada», exige su delegada y finaliza: «Al mismo tiempo, una recomposición salarial y rotación de tareas (hay compañeras que están atendiendo desde el 2016 y entendemos que la atención telefónica y en violencia no son tareas que puedan ni deban sostenerse tanto tiempo)».