Industria: «Tenemos la esperanza de retomar una producción más holgada», dijo Hellemeyer

Continua la preocupación en el sector industrial cerca de finalizar el 2020, un año signado por la pandemia del COVID-19. «Venimos de dos años de caída, 2018 y 2019, y en esas magnitudes se profundizaron en el 2020. Las sensaciones que los volúmenes estarán por debajo del 2019 que fueron la mas bajas», dijo el Presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer.

En declaraciones a FM MASTER`S, se refirió a la situación de la industria fueguina. «Este año el factor de la pandemia fue determinante no solo en restricción de demandas por el menor poder adquisitivo de los consumidores sino también en la restricción de las ofertas porque las plantas estuvieron cerradas tres meses y el tiempo que se pudo producir fue afectado en lo operativo por las imposiciones de los protocolos totalmente necesarios para llevar adelante las medidas de control sanitario»,explicó.

Por lo tanto en consecuencia es que «las expectativas es dinamizar la economía y re vitalizar e producto de mercados» ya que «el panorama actual es más grave del que teníamos el año pasado cuando estábamos enfrentando los números más bajos de la década. Es una realidad objetiva, porque la pandemia significó un gran golpe a la economía, discutir esto es inútil”.

“Factores de alguna recuperación en el futuro, no tengo. Pero tenemos la esperanza de retomar una producción más holgada de la que tenemos”, dijo sobre las expectativas. No obstante “vamos a terminar el año produciendo 5 millones y medio de celulares como mucho. Un millón de televisores y 750 mil equipos de acondicionadores de aire, son números muy bajos”.

Según Hellemeyer, “la caída del PBI este año para estar entre el 12 y el 15%. El año que viene va a haber un crecimiento, que se traduce en un mayor consumo de nuestros productos”.

Con respecto a la decisión del Gobierno Nacional de dejar afuera a los celulares fueguinos de los programas de financiamiento Ahora 12, el titular de AFARTE señaló que “es una mala noticia con un impacto negativo en la comercialización de ese producto”.

“Como todos los productos que hacemos tienen un precio tal que hace que el consumidor necesite financiamiento para acceder a ellos. Nadie compra al contado”, afirmó. «La cadena reaccionó proporcionando la financiación a costo de la cadena, con planes de hasta nueve cuotas para apuntalar el mercado que ya tuvo una caída. La gente empezó a comprar productos de menor valor, y para el resto de los productos se mantuvo el problema”, explayó.

De haber un cambio se instrumentaría a través de la ley de presupuesto nacional: “El primer de enero volveríamos a tener las alícuotas que teníamos hasta el 2017. Esto tiene dos efectos, el primero es positivo, se reestablece una relación que le da a la manufactura nacional cierta competitividad frente al importado, protege la industria nacional. El segundo efecto es el impacto sobre el precio final. Hay que recordar que las empresas fabricantes no forman el precio final del producto”.

«A lo largo de este año se han hecho esfuerzos para no trasladar el impuesto al precio final. Ha habido muchos insumos importados que se han encarecido en su precio en dólares, este tipo de cosas se viene absorbiendo en el precio de salida de fabrica”, finalizó.