La vacunación contra el SARS-CoV-2 en todo el mundo es un hecho y tanto la comunidad científica como las personas de a pie lo celebran. No obstante, de acuerdo a estadísticas emitidas por la Cruz Roja, un 70% de las dosis administradas hasta el momento se aplicó en los 50 países más ricos del mundo.
Por ello, para paliar la desigualdad, la Federación Internacional de Sociedad de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) lanzó un plan de vacunación para ayudar a inmunizar a 500 millones de las personas más vulnerables, donde respaldan la decisión con el dato de que solo el 0,1% de las dosis se administró en los 50 países más pobres.
Un plan que consistirá en la donación de unos 111 millones de dólares para incentivar la inmunización del número de personas anteriormente mencionado. Dentro de los planes de la entidad están tanto las campañas de generación de confianza en las vacunas como ayuda y tutela en las fases de planificación e implementación.
«Es alarmante porque es injusto y puede prolongar o incluso agravar esta terrible pandemia. En la carrera para poner fin a esta pandemia, todos remamos en el mismo bote. No podemos sacrificar a quienes corren mayor riesgo en algunos países para que los que corren menor riesgo puedan vacunarse en otros», manifestó en un comunicado oficial el secretario general de la IFRC, Jagan Chapagain.
Definiendo la cooperación entre países y la distribución equitativa como la solución para salir de la pandemia, Chapagain aseguró que, si grandes zonas del mundo siguen sin vacunarse, el virus continuará circulando y mutando, dará lugar a la aparición de nuevas cepas que pongan en peligro la efectividad de las vacunas.
«La igualdad no ocurre por casualidad. La historia del mundo nos dice eso. También es cierto para la distribución de vacunas. Debe diseñarse y planificarse desde el principio. Nuestro plan consiste en asegurarnos de que esas vacunas salgan de las capitales y lleguen a los brazos de personas y comunidades vulnerables, en riesgo y aisladas», concluyó Chapagain.
