El 25% de la población padece dicha patología que puede prevenirse con hábitos de vida saludables: Una alimentación variada y equilibrada, así como realizar actividad física.
En el marco del “Día Internacional del Hígado Graso”, el cual se conmemora el 10 de junio, profesionales del Hospital Regional Ushuaia brindaron información y recomendaciones para prevenir dicha enfermedad.
La médica especialista en Hepatología, Natalia Ratusnu, explicó que “la esteatosis hepática, más conocida como “hígado graso” es la acumulación excesiva de grasa en el hígado” y alertó que “compromete al 25% de la población y está estrechamente relacionada con la modificación de los hábitos alimentarios y el sedentarismo”.
Sostuvo que “el hígado graso tiende a desarrollarse en personas con sobrepeso u obesidad, en aquellas que tienen diabetes tipo II e incluso en personas delgadas con alteraciones metabólicas como colesterol y triglicéridos elevados o insulino resistencia”.
Detalló que “un paciente con estas características, en donde se evidencia una ecografía con esteatosis hepática (hígado más brilloso), reúne los criterios diagnósticos para presentar esta enfermedad”.
Ratusnu especificó que “con el tiempo puede causar inflamación hepática, conocido como NASH, la cual es una inflamación que puede ocasionar cirrosis y más aún, llevar al desarrollo de cáncer de hígado o insuficiencia hepática”.
“El sobrepeso y la obesidad en los niños es, desde hace décadas, cada vez más prevalente”; advirtió Ratusnu. Por ello, consideró que “esta situación genera un inicio temprano de la enfermedad hepática y la posibilidad de presentar precozmente fibrosis avanzada o cirrosis hepática que, a la fecha, es una de las primeras causas de trasplante hepático a nivel mundial”.
Al mismo tiempo manifestó que “el hígado graso no produce síntomas y se sospecha, inicialmente por el sobrepeso, la obesidad y por la elevación de enzimas hepáticas”; de forma tal que también “se puede diagnosticar mediante una ecografía abdominal”.
La licenciada en Nutrición, Yamila Abdula, destacó que “la alimentación saludable y el ejercicio regular pueden ayudar a prevenir o revertir la enfermedad Hepática en sus estadios iniciales”.
Puntualizó que “mantener un peso adecuado; una alimentación saludable; hacer actividad física; el control adecuado de la diabetes; de los triglicéridos y el colesterol son parte esencial del tratamiento”.
Además, “para prevenir el hígado graso y lo que ello conlleva, es necesario tener un estilo de vida saludable”, enfatizó la profesional. Por lo cual, detalló que “implica una alimentación variada y equilibrada, de preferencia la comida debe ser hecha en casa y no la comida rápida o los alimentos industrializados”.
Una alimentación saludable debe contener:
- 5 porciones de frutas y verduras diarias, de diferentes colores en lo posible.
- Carnes magras, preferentemente blancas; limitando el consumo de carnes rojas.
- Lácteos descremados y huevo.
- Cereales preferentemente integrales, legumbres, semillas, aceite, frutos secos.
- 8 vasos o 2 litros de agua segura para mantener hidratado al cuerpo y ayudar al hígado a metabolizar las sustancias de los alimentos.
Es importante disminuir el consumo de:
- Fiambres, embutidos, aderezos, alimentos envasados, enlatados, procesados y ultraprocesados, harinas refinadas, fideos, pastas, galletas, productos de pastelería, alimentos ricos en sodio, jugos comerciales, gaseosas y alcohol.
“Otro pilar fundamental es la actividad de física”, comentó Abdula. La misma “se recomienda realizar 3 veces a la semana 1 hora o 5 veces 45 minutos, para mantener los valores de glucemia, triglicéridos y colesterol en los límites normales, lo cual ayuda a tener un peso saludable”.
La especialista en nutrición consideró que “dichos hábitos son necesarios para cada etapa de la vida, para evitar que las poblaciones infantiles lleguen a desarrollar en su vida adulta hígado graso y la población adulta pueda gozar de una buena calidad de vida”.
“Crear hábitos saludables en el grupo familiar es sumamente importante para garantizar el bienestar emocional, social y económico de la familia”; concluyó la profesional.
