Desperdicio de alimentos: el 40% de la comida termina en la basura

El nuevo informe de WWF, titulado Enviado a la basura, cuantifica la cantidad total de alimentos perdidos a nivel mundial y revela que alrededor de 2.250 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año. Estas nuevas estimaciones indican que, de todos los alimentos cultivados, aproximadamente el 40% no se consume, lo que es más alto que la cifra estimada anteriormente del 33% (1.300 millones de toneladas anuales).

Enviado a la basura es la primera cuantificación de las pérdidas totales de alimentos en los establecimientos agropecuarios desde el 2011. Al combinar datos actualizados sobre la pérdida en las cadenas de suministro y el desperdicio en el comercio minorista y el consumo, tenemos una imagen más clara de la escala de la pérdida y el desperdicio de alimentos desde los campos hasta la mesa de los consumidores.

La producción de alimentos utiliza una gran cantidad de tierra, agua y energía, por lo que el enorme desperdicio a nivel mundial tiene un impacto significativo en el cambio climático, contribuye e intensifica la degradación ambiental y perpetúa la inseguridad alimentaria. Estimaciones anteriores sugieren que el desperdicio de alimentos representa el 8% de los gases de efecto invernadero (GEI), pero los nuevos datos de Enviado a la basura indican que las cifras son aún más sustanciales y apuntan a una contribución de aproximadamente el 10% de todas las emisiones de GEI. Esto es el equivalente a casi el doble de las emisiones producidas por todos los automóviles conducidos en los EE.UU y Europa en un año.  Otro de los resultados del informe es que se utilizan aproximadamente 4.4 millones de km² de tierras agrícolas y 760 km³ de agua para producir el alimento que se desperdicia.

Actualmente, a nivel mundial más de 800 millones de personas se van a dormir sin tener cubiertas sus necesidades básicas de alimentación y, si vemos la situación en nuestro país, alrededor del 30 % de niños, niñas y adolescentes sufre emergencia alimentaria. Es incoherente que esto suceda al mismo tiempo que en el planeta se desperdicia el 40% de los alimentos. El informe nos muestra que con la cantidad de comida que termina en la basura, se podría alimentar más de 7 veces a quienes hoy pasan hambre en el mundo. Además, junto a los alimentos, se pierden todos los recursos naturales que se utilizaron para producirlos. Esto debe revertirse. Es momento de redoblar nuestros esfuerzos para frenar el desperdicio de alimentos, solucionar los problemas mundiales de inseguridad alimentaria y desnutrición, y reducir los impactos en la salud ambiental”, afirmó Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Aunque varios países están comenzando a desarrollar planes de acción para abordar la pérdida y el desperdicio de alimentos, a menudo se concentran en la última etapa de la cadena de suministro, en gran parte porque la escala y gravedad del problema en los establecimientos agropecuarios no se ha apreciado y abordado completamente hasta ahora. Hasta la fecha, solo 11 de los 192 planes climáticos nacionales (alrededor del 5%) presentados como parte del Acuerdo Climático de París mencionan la pérdida y el desperdicio de alimentos, y Argentina no es uno de ellos. Adoptar una visión más integral y abordar las pérdidas en todas las etapas de la producción y consumo de alimentos ayudará a mitigar el cambio climático, reducirá la presión para convertir y degradar la naturaleza y ayudará a lograr la seguridad alimentaria.