Península Mitre y el cambio climático: protegerla para protegernos

Olas de calor, aumento de la altura del agua y acidificación de los mares, ponen en riesgo a un ya endeble equilibrio ambiental del planeta. En Península Mitre, estas previsiones de la ONU encuentran un ecosistema que todavía se preserva y sirve de barrera. Protegerla es urgente.
Según el reciente Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), titulado Cambio Climático 2021: Bases de ciencia física, es indiscutible que la influencia humana ha modificado el sistema climático. Además, confirma que no hay vuelta atrás en algunos cambios que ya están afectando al planeta.

Tierra del Fuego tiene en las 300.000 hectáreas de tierra y 200.000 de mar de la Península Mitre un ecosistema que cumple un rol fundamental en la captación de C02 atmosférico, uno de los principales causantes del calentamiento global. Gracias a su estado de conservación, su gran extensión sin fragmentar y la diversidad de especies en la turba, la Península es una gran “aspiradora” de carbono.

La turba es materia orgánica semidescompuesta que proviene de plantas adaptadas a vivir en condiciones de saturación permanente de agua, baja presencia de oxígeno y escasa disponibilidad de nutrientes. Crece de 0,5 a 1 milimetro y medio por año y tiene el potencial de almacenar carbono de forma indefinida si no es destruida. Por lo contrario, cada metro cuadrado de turba que se degrada devuelve todo el CO2 almacenado a lo largo de miles de años a la atmósfera.
En Península Mitre se encuentra el 84,4 % de la turba de Argentina, y según un estudio de la National Geographic Society, almacena unos 315 millones de toneladas métricas de carbono, lo que equivale a tres años de emisiones, de acuerdo al inventario de gases de efecto invernadero nacional convirtiéndolo en el mayor punto de captura de carbono del país


Del informe de IPCC se desprende que la acidificación de los océanos aumentó debido a los gases de efecto invernadero, y que no existe casi ningún ecosistema marino que no se haya visto alterado por los cambios derivados de la actividad del hombre en el último siglo. Los resultados arrojados por una investigación desarrollada en el 2021 por científicos argentinos, demostró que hasta ahora, los ecosistemas marinos de la Península Mitre se mantienen inalterados y fuera de estos impactos. En gran parte se debe a la ubicación, las corrientes marinas que la influyen y -sobre todo- por tratarse de un ecosistema sano y completo.

Los bosques de kelp (algas gigantes cuyas poblaciones son consideradas las “selvas del mar”) son uno de los ecosistemas más productivos del planeta. Al igual que los arrecifes de coral, se ven alterados por el aumento de la temperatura del océano. A diferencia de los bosques o selvas en tierra, que sufren las alteraciones del clima en un período de tiempo largo, pequeños cambios de temperatura pueden tener un impacto en un corto período de tiempo en el kelp.

Los mares han crecido unos 20 cm desde 1900, y podrían avanzar 0,50 m más para el 2100. Conservar los ecosistemas costeros lo más sanos posible permitirá mitigar los impactos del aumento del nivel del mar. En el caso de Península Mitre, los bosques de macroalgas tienen la capacidad de proteger las costas de las crecidas, oleajes y marejadas y son una barrera natural contra la erosión.
Se predice que el Atlántico Sur se calentará más lento que otras regiones en el mundo. Si no logramos frenar el calentamiento global, esta región del globo será uno de los últimos refugios globales de aguas frías. Esto no significa que las olas de calor marinas no vayan a afectar la zona.

En diciembre de 2020, mediante Decreto Provincial 1710, el gobernador fueguino Gustavo Mellela otorgó un marco de protección al área, declarándola de Interés Ambiental, Natural y Cultural mientras se espera por la sanción de la ley que la declare propiamente Área Natural Protegida Península Mitre junto con la ley de fondos para asegurar su control efectivo, y el cuerpo de guardaparques, entre otras herramientas.

Desde el punto de vista legal hasta que no se sancione la ley el área no estará protegida definitivamente, ya que funciona de manera provisoria.

Los intentos para proteger el área llevan más de 30 años. Podríamos decir que los avances en cuanto a la concientización se han logrado con el agregado de información y fundamentos para demostrar la importancia de conservar los valores que alberga el área. Ahora, más puntualmente en lo que refiere a los últimos dos periodos de gestión a donde el proyecto tomó otro vuelo, a pesar de que siempre se supo que este era un paso que debe darse, recién ahora los dirigentes políticos están empezando a tomar conciencia del beneficio de proteger el lugar.

La urgencia y la importancia de proteger el área es indiscutible. Pocos lugares en el mundo se encuentran en un estado de conservación tan favorable y reúnen tantas cualidades y servicios ecosistémicos fundamentales para la salud del planeta. Península Mitre es una solución local, de impacto global.