Animales marinos de Tierra del Fuego recorrieron las ciudades fueguinas para recordar la importancia de su ecosistema


Con la protección del ambiente marino de Península Mitre como bandera, distintos edificios emblemáticos de la provincia se convirtieron por unos minutos en el mar fueguino. Con el objetivo de generar conciencia y acercar la fauna marina a la comunidad, las imágenes recorrieron los tres municipios.

Península Mitre es uno de los pocos ecosistemas del mundo que no se ha visto alterado por el hombre. En un contexto de crisis climática y ecológica innegable, y con consecuencias sociales directas, impactando en especial a las poblaciones y países más vulnerables, urge tomar medidas concretas que nos ayuden a generar herramientas para hacerle frente a esta problemática.

La última porción de Tierra del Fuego es un área de exuberante naturaleza que alberga un importante patrimonio ambiental y cultural de Tierra del Fuego.

Es el punto de mayor captura de carbono del país, gracias a sus extensos turbales que, pese a haberse degradado en los últimos años por las faltas de regulaciones en el área, aún se mantienen en un estado de conservación único en el mundo. Su ecosistema marino también se destaca frente a otros ecosistemas globales. Concentra el 50 % de los bosques de macroalgas del Mar Argentino y absorbe aproximadamente 150 mil toneladas de C02 anualmente.

Representa uno de los bosques submarinos mejor conservados del planeta y uno de los últimos refugios clave para la mitigación del cambio climático, constituyendo uno de los ecosistemas más diversos y productivos de la Tierra.

Desde “Sin Azul No Hay Verde” (SANHV) se vienen realizando distintas acciones para visibilizar la importancia de Península Mitre. “En las últimas semanas, proyectamos distintos animales marinos icónicos del mar austral, como ballenas, lobos marinos, centollas, estrellas de mar, etc., en diferentes lugares emblemáticos de Río Grande, Tolhuin y Ushuaia”, explica  David López Katz, integrante de SANHV.

En Río Grande, las proyecciones se hicieron en el antiguo frigorífico CAP y en el edificio de la Misión Salesiana, en Tolhuin se realizaron en la Hostería Kaikén y la Dirección de Turismo y en Ushuaia en la Antigua Casa Beban y el Recinto de Sesiones de la Legislatura.

En un hecho sin precedentes, los animales atravesaron la isla, conectando las tres ciudades, finalizando su recorrido en la Legislatura. “Esperamos que ese sea el lugar donde se siga demostrando la visión que tenemos como provincia, de cuidado de nuestra naturaleza”, expresa López Katz.

Según uno de los informes más completos hasta la fecha sobre las implicaciones económicas de proteger la naturaleza, 100 economistas y científicos del mundo coinciden en que la economía global se beneficiaría creando más áreas protegidas en tierra y en el mar.

Las áreas protegidas no solo generan grandes beneficios económicos a través del turismo de naturaleza, uno de los sectores que más se prevé crecerá pospandemia, sino que también generan grandes beneficios económicos no monetarios. Los servicios ecosistémicos que brindan estos ecosistemas incluyen la mitigación y adaptación al cambio climático, protección, suministro de agua limpia, conservación del suelo, oxígeno, absorción y almacenamiento de C02, polinización, regulación del clima, servicios culturales o la reducción del riesgo de pandemias.

Luego del Decreto provincial 1710/20 que la declaró de Interés Natural, Ambiental y Cultural,  el proyecto de ley para que sea declarada Área Protegida Provincial Península Mitre se encuentra en la agenda parlamentaria de la Comisión de Recursos Naturales.

Un importante mosaico de organizaciones sociales y distintos actores de la comunidad vienen impulsando este proyecto desde hace más de tres décadas. Además, representantes de la comunidad científica y académica de Tierra del Fuego aportaron su conocimiento desarrollando investigaciones fundamentales para entender el valor de su protección sobre el área.

Este pedido por protegerla lleva más de 30 años. De resultar positivo, el impacto de esta decisión sería no solo a nivel local, sino regional y global. Una ley que permitiría ampliar de manera sostenible el desarrollo de la provincia a largo plazo a través de un “turismo de naturaleza”, ávido de espacios amplios y abiertos.

Con estas proyecciones, “donde los animales piden por la conservación de sus ecosistemas, tanto marinos como los que están estrechamente vinculados, esperamos transmitir un mensaje a la comunidad y a los tomadores de decisiones”, agrega Katz.

La posibilidad cierta de que una ley le dé estatus de área protegida evitaría cambios importantes en un paisaje que es prácticamente virgen. Y, como ocurrió con la norma que prohíbe la cría intensiva de salmones en las aguas provinciales, sostendría la visión  de Tierra del Fuego como una provincia que protege y valora sus valores naturales.