“A nadie le gusta que el FMI esté en la Argentina”; expresó Guzman

El jueves se dio una de las noticias económicas del año con el cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para el pago de la deuda por 45.000 millones de dólares y la cartera política habló sobre la situación y el proyecto de ley que ingresó al Congreso.

Martín Guzmán, uno de los protagonistas de la semana, se expresó en medios radiales para dar a conocer ciertos detalles y la postura del Gobierno Nacional en relación al vínculo sellado.

En una de las primeras medidas informadas, amnifestó que habrá un desembolso de u$s 9.800 millones por Derechos Especiales de Giro (DEG), que ingresarán al país «ese mismo día o al día siguiente», en relación al inicio de aprobación del Congreso de la Nación y el Directorio del FMI.

En sus dichos, Guzmán manifestó que este nuevo cierre «sigue una ruta completamente diferente, comenzando por el hecho de que es la primera vez que el mismo tendrá que ser considerado por el Congreso», al tiempo que remarcó que «a nadie en nuestra fuerza le gusta que el FMI esté en la Argentina», pero «ya estaba cuando llegamos».

«Empezamos a gobernar con una deuda de US$44.500 millones y no contábamos con reservas disponibles para pagarla. Entonces, el único camino era llegar a un acuerdo que nos permita que el propio FMI nos mande los dólares con los cuales refinanciar la deuda que tomó el gobierno anterior, eso es lo que hicimos», sentenció el ministro de Economía.

En cuanto a los plazos fundamentales para cumplir con la medida, Guzmán detalló que «reducir la inflación es el principal objetivo de la política macroeconómica».

«Acumular reservas es fundamental. Lo primero que necesitamos es calmar las expectativas y, si hay escasez de reservas internacionales, no hay manera de lograrlo».

El funcionario nacional argumentó que «nadie va a experimentar incrementos mayores al de los salarios»; en relación a los aumentos para cubrir dichos pagos y se apoyó en la idea de que «la palabra clave es ‘segmentos’».

«Se está planteando un esquema donde quienes están en una situación de mayor vulnerabilidad y hoy cobran la tarifa social van a tener un incremento anual muy por debajo de la variación de los salarios promedio»;agregó.

«Luego habrá otro segmento que es en principio el 10% de usuarios de mayor capacidad económica al que se le van a eliminar los subsidios y finalmente el resto tendrá una actualización que será el 80% del coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior», cerró.