Se dictaron los últimos argumentos de la condena a Miguel Etchecolatz

El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata dio a conocer las razones que llevaron a los magistrados a condenar al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, quien murió el pasado 2 de julio antes de que se conozca la condena.

Jorge Julio López había atestiguado contra el ex jefe de la policía bonaerense en el primer juicio que se llevó a cabo tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y luego fue desaparecido en democracia.

La sentencia fue dictada el 13 de mayo por los jueces Andrés Basso, José Michilini y Alejandro Esmoris, pero aquel día Etchecolatz no participó de la audiencia porque ya estaba internado, tras una serie de síntomas de fiebre y vómitos.

Personal del juzgado reportó sus últimas palabras previas a la sentencia: “Etchecolatz dijo que es inocente, que él no hizo nada de lo que se acusa en este debate y que entiende que se ha violado el proceso de la Constitución Nacional”, señaló la secretaria del tribunal.

El represor falleció el pasado 2 de julio, a los 93 años. Sin embargo, el TOF había fijado estos días para dar a conocer los fundamentos de la sentencia.

“Teniendo en consideración que entre el lapso transcurrido entre el dictado del veredicto hasta la emisión de estos fundamentos ha fallecido el imputado Miguel Osvaldo Etchecolatz, lo cierto es que éstos últimos no hacen más que completar la sentencia dictada en la causa. En este sentido, el legislador ha dado un plazo adicional en causas voluminosas para emitir los fundamentos con mayor tiempo, pero en realidad forman parte integrante del veredicto, y lo único que se hace es completar la sentencia, con lo cual, resulta irrelevante que el imputado haya fallecido entre uno y otro. Por tanto, ello no vulnera el derecho de defensa, dado que el fundamento que se dicta no hace más que integrar el veredicto, convirtiéndose así en un acto único”.

A su vez, el tribunal resaltó que “en estos juicios existen obligaciones estatales dirigidas a asegurar memoria, verdad y justicia por los crímenes de lesa humanidad que abarcan el deber del Estado de asegurar el derecho a la verdad de las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos, sus familiares y la sociedad en su conjunto”.

En particular, “el derecho a conocer lo ocurrido, la identidad de los autores y las causas, los hechos y las circunstancias en que éstos acontecieron; producir información, permitir acceder a ella y difundirla activamente como garantía para evitar su repetición”.

Jorge Julio López declarando contra Etchecolatz

Jorge Julio López fue uno de los primeros en dar su testimonio tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, tenía 47 años, era albañil y vívía con su familia en el barrio de Los Hornos. Durante los años setenta participó en la unidad básica Juan Pablo Maestre.

El 27 de octubre de 1976 fue detenido ilegalmente, durante la noche, en un operativo que se hizo en su casa. Luego fue llevado a un edificio, que según su testimonio era similar a un «cuatrerismo» donde lo torturaron y posteriormente lo trasladaron al “Pozo de Arana”, donde lo volvieron a torturar. Tras el testimonio López fue desaparecido en democracia y luego de 15 años aún no se sabe su paradero.

El tribunal condenó a perpetua a Etchecolatz y Garachico, en relación a los secuestros y tormentos de 7 víctimas: Jorge Julio López, Patricia Dell’Orto, Ambrosio De Marco, Guillermo Cano, Norberto Rodas, Alejandro Sánchez y Francisco López Muntaner, así como por el asesinato de tres de las últimas 3.