La arquitecta Marcela Alfonso, vicepresidenta del Instituto Provincial de la Vivienda de Tierra del Fuego, describió el marco de referencias del proyecto, originado en 2011 y que involucra a varias reparticiones nacionales. Las viviendas serán adjudicadas regularmente, pero serán sometidas a un control de eficiencia energética durante un año.
Marcela Alfonso, en diálogo por FM Master’s, hizo referencia a la historia del proyecto de un conjunto de nuevas viviendas que el ente construye en Ushuaia, que serán dotadas con paneles para energía solar y se evaluará su eficiencia a lo largo de un año.
“Es un proyecto que viene de hace muchos años en el Instituto Provincial de Vivienda” comentó, indicando que su origen data de 2011 por una necesidad de la entonces Secretaría de Vivienda de evaluar una normativa de estándares mínimos para viviendas sociales sustentables.
Recordó la oportuna convocatoria a todos los IPV del país para presentar proyectos en donde se tuviera en cuenta la eficiencia energética de las viviendas y la energía renovable. “En nuestro caso -dijo Alfonso- se presentó un proyecto de mejoramiento del envolvente de las viviendas, lo que venía siendo estudiado hace muchos años”.
Si bien en el Instituto local se tenía conocimiento sobre paneles solares y energía eólica, “no teníamos recursos humanos para llevar adelante algún proyecto de energía renovable”.
Así el proyecto fue presentado en Nación, evaluado por la Secretaría y seleccionado dentro de la zona bioclimática. Comenzaron los trabajos en forma conjunta con la Secretaría de Vivienda, la Universidad de Buenos Aires, la Secretaría de Energía de la Nación y el INTI, que derivó en la ejecución hoy de las 16 viviendas en Río Pipo.
Tras interrupciones sucesivas adjudicadas a los cambios de gestiones, “tuvimos la oportunidad de empezar a ejecutarlo en esta gestión y hoy tienen un avance importante de más de un 50%” refirió la funcionaria, con una idea de finalización de obra para febrero o marzo del próximo año.
El IPV fueguino tiene como principal necesidad mejorar la calidad térmica de las viviendas. “La consigna inicial era presentar viviendas con categoría de transmitancia térmica C y a partir de ahí mejorar. Nosotros hace años veníamos ejecutando vivienda con cerramientos y paneles de transmitancia térmica D, es decir que esto ya estaba mejorado” relató luego.
En el entendimiento de que en nuestra provincia toda eficiencia energética que se consiga será en base a un mejoramiento de la cáscara de la vivienda, el mejoramiento de las orientaciones y el tipo de aberturas, “propusimos mejorar el cerramiento de la vivienda colocando una placa de poliestireno de alta densidad que se suma al envolvente, lo que nos lleva a una categoría A de transmitancia térmica” según remarcó.
Las 16 viviendas ingresarán en la demanda regular del Instituto. No obstante, se evalúa con gente del INTI la posibilidad de algún requisito específico, por cuanto las unidades, una vez adjudicadas, se someterán a un año de control por parte de ambos organismos. Para ello se necesitará capacitar a los adjudicatarios en un trabajo en conjunto “para llegar a una evaluación, cumplido un año, de la efectividad en los distintos parámetros, el de energía renovable y el de exigencia energética propia de la vivienda” señaló finalmente la arquitecta Marcela Alfonso.