El legislador analizó la reciente norma sancionada para auxiliar a la obra social provincial. Admitió que solo mitiga parcialmente el problema financiero, e insistió en que se requerirán más medidas en 2026 para evitar un «final malo».
Federico Sciurano, legislador de Forja, afirmó que la ley aprobada la semana pasada para asistir a la Obra Social del Estado Fueguino (OSEF) no soluciona el déficit crónico de la institución, aunque mejora transitoriamente su situación. En diálogo con FM Master’s, el parlamentario detalló que la norma -fruto de un acuerdo entre bloques- inyectará recursos adicionales, pero no alcanzará para cubrir el faltante proyectado de $70.000 millones anuales.
«La ley que sancionamos el otro día no resuelve el problema que tiene OSEF. El déficit no queda resuelto», señaló Sciurano. Explicó que, durante el tratamiento presupuestario de 2026, el tema deberá reabrirse para buscar soluciones definitivas. El proyecto original de su bloque proponía eliminar el déficit mediante un aumento escalonado de aportes, priorizando a quienes ganan más de $2 millones, pero fue descartado por falta de consenso.
«Nuestra propuesta resolvía el 100% del déficit. Pero la necesidad de votos te obliga a adaptarte. Al final, se votó un mix de proyectos que, al menos, mejora lo anterior», sostuvo. La nueva ley incorpora cuatro fuentes de financiamiento hasta ahora inexistentes, como aportes de jubilados y sectores no cotizantes, lo que generará entre $2.000 y $2.500 millones mensuales adicionales. Sin embargo, Sciurano aclaró que esto solo cubrirá parcialmente el faltante mensual de $5.000 a $6.000 millones.
Respecto al conflicto con la Clínica San Jorge, el legislador reconoció la urgencia de garantizar cobertura a los afiliados, pero advirtió que el modelo actual es insostenible: «Con un aporte familiar de $40.000, es imposible resistir el alza de costos médicos. Si no se cambia la estructura, el final de OSEF será malo».
Sobre los cuestionamientos a la ley por no incluir aumentos obligatorios para trabajadores, Sciurano defendió que el sistema mantuvo su carácter solidario: «En nuestro proyecto, todos recibirían el mismo servicio, independientemente de su salario. Solo pedíamos más aporte a quienes ganan más de $2 millones».
Finalmente, descartó que la norma sea «demagógica», aunque admitió que priorizó lo posible sobre lo ideal: «Mejora la situación actual, pero no es la solución definitiva. El debate de fondo seguirá pendiente».