El tribunal de Ushuaia determinó que no se quebró el principio de duda razonable en el caso del suicidio de José Llancapani. La defensa destacó que la fiscalía no logró demostrar culpabilidad de quien era su pareja.
La Justicia de Ushuaia absolvió a Catalina Raipane Paredes, acusada inicialmente del asesinato de su pareja, José Llancapani, cuyo fallecimiento en julio de 2021 fue finalmente considerado suicidio.
El veredicto, emitido tras un extenso juicio con más de 37 testimonios, determinó que no existían pruebas contundentes para sostener una condena. El abogado defensor, Jesús González Saber, afirmó en FM Master’s: «Nosotros consideramos, igualmente, que nunca se quebró la duda razonable como bien resolvió el tribunal».
El caso, que atravesó un largo proceso judicial, estuvo marcado por las dificultades probatorias y un contexto de vulnerabilidad social. González Saber reconoció el trabajo de la fiscalía en la etapa de instrucción, pero sostuvo que las pruebas presentadas no alcanzaban para sostener una acusación penal: «Fue muy bien trabajado, esto hay que reconocerlo por la doctora Díaz en la oportunidad de la instrucción, lo cual dio las bases para obtener este resultado en debate».
Desde el inicio, la defensa sostuvo la inocencia de Raipane Paredes, basándose en su relato y en la falta de evidencia concluyente: «Confiamos en el momento uno, su versión de los hechos era que es inocente y nosotros lo creímos y lo creemos», afirmó González Saber. El juicio, que incluyó testimonios de peritos y testigos, no logró desvirtuar esa postura.
El proceso estuvo acompañado por un fuerte debate social, en un contexto donde la violencia de género y las condiciones socioeconómicas precarias estuvieron siempre presentes. Sin embargo, el abogado destacó que el tribunal no se dejó influir por presiones externas: «Uno sabe que la opinión social es un factor de presión, pero este tribunal estuvo a la altura de las circunstancias».
Sobre los fundamentos de la sentencia, que se conocerán en los próximos días, González Saber anticipó que seguramente respaldarán la decisión de absolución: «Es un silogismo lógico, ya está la decisión y las premisas que van a ser los fundamentos seguramente van a coincidir con eso y son los correctos».
El fallo cierra un capítulo judicial marcado por la incertidumbre. Para la defensa, sin embargo, el resultado fue claro: «Nuestra labor fue justamente hacer saber esto y contrastarlo con la prueba que había, que no era suficiente para llevar a una condena». La presunción de inocencia, en este caso, prevaleció.