Las ART advierten que la mayoría de las demandas por riesgos del trabajo se originan en lumbalgias, esguinces y lesiones sin secuelas permanentes. El sector reclama una modernización laboral que reduzca la litigiosidad, incentive la formalidad y facilite la creación de empleo.
La Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART) encendió nuevamente las alarmas sobre el crecimiento sostenido de la litigiosidad laboral. Según sus proyecciones, hacia enero de 2026 habrá más de 131.000 causas en trámite, y el 90% de esos reclamos se originan en lesiones que no dejan secuelas permanentes, como lumbalgias, esguinces y dolores musculares.
De acuerdo con el sector, estos casos suelen recibir un dictamen de “incapacidad cero” en las comisiones médicas, pero terminan judicializados y con pericias que asignan incapacidades menores. Para las aseguradoras, este mecanismo alimenta un circuito que se transformó en una industria del juicio con fuerte impacto económico.
Un sistema que desalienta la formalidad
La elevada litigiosidad no sólo presiona sobre las ART. También afecta a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, que enfrentan costos crecientes por la incertidumbre legal. Este escenario —coinciden empresarios, aseguradoras y economistas— se volvió un desincentivo para la generación de empleo formal y consolida un mercado laboral donde la informalidad roza al 45%.
A su vez, el riesgo judicial genera que muchas firmas eviten contratar o que limiten nuevas incorporaciones, algo que termina golpeando a los trabajadores que quedan fuera del circuito formal.
La modernización laboral como eje
Frente a este panorama, desde el sector aseguran que es imprescindible avanzar con una modernización del sistema laboral, que incluya reglas claras para la determinación de incapacidades, la creación de Cuerpos Médicos Forenses en todas las provincias —con honorarios independientes del resultado del juicio— y mecanismos que simplifiquen la resolución administrativa de controversias.
Para la UART, estas reformas no sólo reducirían la litigiosidad, sino que permitirían bajar costos, mejorar la previsibilidad y facilitar el ingreso de más personas al empleo registrado.
Una agenda que vuelve al centro del debate
Mientras el Gobierno proyecta cambios en el régimen laboral y busca impulsar la formalización, el avance de los juicios vuelve a plantear la necesidad de revisar un sistema que, según los actores involucrados, no protege adecuadamente ni a los trabajadores ni a las empresas, y que tampoco ayuda a expandir el mercado laboral.
La tensión entre derechos laborales, seguridad jurídica y creación de empleo aparece nuevamente como un eje clave de la agenda económica. Y todo indica que la discusión por la modernización del trabajo será inevitable si se busca reducir la litigiosidad y ampliar la base de trabajadores formales.



