Reacomodo político y señales de estabilidad

De cara a las elecciones legislativas, el tablero político del Senado se prepara para un reacomodo profundo. En ocho provincias se renovarán 24 bancas –tres por distrito– en un escenario donde el Gobierno nacional proyecta duplicar su representación, el peronismo perdería menos escaños de lo previsto, y el futuro del espacio “Provincias Unidas” genera expectativa. Con una semana por delante, la Casa Rosada readecúa sus metas y busca consolidar una base de gobernabilidad estable en la Cámara alta.

Según los sondeos más recientes, el oficialismo pasaría de siete a entre 14 y 15 senadores, con la posibilidad de alcanzar 17 en una elección excepcional. Si bien aún quedaría lejos del quorum propio (37 votos), el crecimiento representa un avance significativo para La Libertad Avanza, que apunta a fortalecer su influencia legislativa y avanzar en reformas económicas y de modernización del Estado. Desde el Ejecutivo, se apuesta a una etapa de diálogo y acuerdos con sectores provinciales y moderados.

Por su parte, el Frente de Todos, liderado por José Mayans, muestra una recuperación frente a las proyecciones más pesimistas. De un interbloque que había descendido a 26 miembros, el peronismo confía ahora en alcanzar entre 30 y 32 bancas, conservando una presencia robusta y un rol clave en la dinámica parlamentaria. Esta mejora permitiría a Cristina Kirchner mantener su tradicional bloqueo a los dos tercios, aunque algo más lejos del quorum, consolidando su poder de negociación en temas estratégicos.

La atención también se centra en la consolidación de “Provincias Unidas”, el espacio conformado por gobernadores, radicales disidentes y peronistas provinciales que buscan incidir como árbitros del Senado. De lograr conformar un bloque de 15 a 20 legisladores, se convertirán en pieza clave para el quorum y las votaciones relevantes. Su surgimiento abre la posibilidad de una agenda federal más activa y de un Congreso donde el equilibrio de poder dependa más de los consensos que de la confrontación.

En este marco, el Gobierno nacional busca fortalecer vínculos con las provincias y promover acuerdos productivos y energéticos, como el debate sobre biocombustibles, que enfrenta intereses del campo y de los distritos petroleros. Con un Senado que se encamina hacia una nueva correlación de fuerzas, el desafío será construir mayorías dinámicas y garantizar estabilidad institucional, en un escenario que comienza a mostrar signos de recomposición política y cooperación federal.